"Si parecía caótico era solo porque era inmensa y maravillosamente complejo."



Jamás he sospechado qué o quién soy. Puedo volar con sonrisas que al mismo tiempo odio, pues cuando viví bajo tierra conocí de primera mano la falsedad de todas ellas. Veo belleza en la devastación de la que huyo. Remordimientos, pasión, sensatez y rebeldía en las mismas pupilas.

Tengo tendencia a escabullirme a la segunda llamada, incierta como el humo mientras busco las palabras que perdí. Vivo en la sombra de las horas que el sueño me resta, a veces invisible cuando alguien me mira de frente…

No soy lo que esperaba ser porque nunca esperé nada. Mi mayor defecto fue huir de los caminos. Porque esta, mi mayor perdición, es a la aúllo, venero y temo. He podido ver perdida lo que jamás encontraría buscando algo. Supongo que la explicación a esto no la tengo yo, sino esa niña que era, la que saltaba en el bordillo con sus diminutos pies. Preguntádselo a ella.

En mi defensa alegaré que los defectos pueden ser hermosos, y que quizá, entre mis sarcasmos, mis silencios y la tierra sin asfaltar por la que yo camino, esté, con la cabeza en alto, mi verdadero yo. Que ni a mí me deja verle, que, como el viento… no se puede atrapar.