.

Tus ojos ya no serán tus ojos. Todo lo que hayas conocido y entendido hasta ahora, no te servirá de nada aquí. No hay distinción entre fantasía y realidad, y toda norma fijada habrá de romperse.
        
Empiezas solo, solo tú y tus intenciones, nada, ni nadie más. Sin brújula y sin promesas, y sin ningún manual. Aquel que te hirió será ahora quien te susurre cada noche, cuando dudes, que tienes que luchar. En tu buen combate, luchas por, y no contra tus enemigos. 
          
Pero la prioridad, has de aprender, guerrero, que todo el mundo lucha solo aquí. Tan solo te quedan esas noches en torno a la hoguera, para charlar, para contarles a los demás que, de nuevo, no lo has conseguido. Y al amanecer, volverás a empuñar tu espada, sin compasión ni ánimo de nadie.
         
¿Qué por qué has de hacerlo? Bien, no tienes por qué. El guerrero se limita a sentir la fuerza. El guerrero jamás entiende nada.

-Murder-