Rabia.

Correr entre zarzas, descalzo. La pesada tarea de escupir a tu pasado cada mañana al abrir los ojos, apretando los puños cada vez más. Rabia. Arrancarle otro trago a la botella mientras pateas cuanto te rodea. Seguir corriendo.
Un camino demasiado tétrico marcado sólo por tus huellas, invisibles para todos los demás. Debes caminar solo. Destino prefijado que se muestra divertido al burlarse de ti. ¿Has de seguir? Ya no tienes reglas, algo ha devorado tu razón, mientras tu corazón sigue sangrando heridas demasiado viejas. Todos se han ido.
Y siento decirte que tú también has clavado puñales, ha acabado aquí la inocencia. Te ahogarás desgarrado por tus gritos si decides continuar. 
 
Asegúrate de que estás vivo.
 
 











      
-Murder-