Vuelve y llévate todo.

Y así sigo, con los mismos pasos torpes de siempre, con la misma actitud, sin saber si debería o no, siempre como en el primer día.
He odiado, he amado, he gritado que me salven, tengo promesas sin cumplir, tengo todas tus noches, para que nadie me las quite. Tengo mil verdades y ante todo sé que nada existe.
Voy a cerrar los ojos, con las piernas aún temblando, y pediré que vuelva, como siempre hago.
En mi cabeza vuelven a golpear las mismas palabras de siempre; odio, ira, miedo, rencor.
¿Dónde está ahora el puto fuego que quemó todo? Más de un amanecer empapado en lágrimas, más de mil noches frías, y nada pudo apagarlo entonces.
Cada golpe y cada grito, todo queda en vano, como siempre, porque nunca vuelve.
Y aún recuerdo, cuando yo no levantaba dos palmos del suelo, cómo el fuego me llenó…
Cuando éramos sólo uno, cuando no devastaba todo por lo que yo luchaba, antes de tantas cosas ahogadas, que serán mañana demasiadas.
He cavado mi propia tumba, pero volvería a hacerlo.
-Murder-