Aún recuerdo cómo se filtraba el sol por la ventana del
ático para dibujar nuestra ropa en el suelo. La sensación de que el mundo era
para nosotros cuando la nieve nos caía en los zapatos y mirábamos arriba,
rompiendo el aire. Recuerdo el sabor de la cerveza cuando era contigo.
Así que no sufras por si te olvido. Tengo todos esos
instantes sobre mí cada vez que me despierto, enredados en mis manos cuando
intento continuar. Supongo que todos tenemos algo que nos hace la contra al
respirar.
No llores más.