El aire sale por la boca, se desprende y va cayendo. Los
pies se hunden en la hierba a cada paso, el viento corre entre el pelo, a la
orilla de los ojos, y en las manos. El corazón resuena en los oídos, en los
dedos, en los labios. Se acelera entre la espuma, mientras los pasos van
ganando la distancia. La sonrisa insomne, la lluvia contra los cristales, el
relieve del mundo. Las nubes contra el tacto.
¿Qué importarán los problemas de hoy dentro de diez años?
Estoy arriba, arriba del todo, solo respirando el momento tangible, la realidad
enfrentada. El ahora. Escrito a cada instante.
Dicen mis mejillas de sal que hoy no te he hecho caso, que
no vivo en un paso de ballet lento. ¿Alguna vez te han dado un consejo y lo has
olvidado? Perdona, Fer, si me gana la aspereza del tiempo...