Kareth

Theniss el Grande observaba orgulloso el Imperio que había erigido. Desde los balcones de Palacio podía ver toda la ciudad hasta sus límites con el río Tann. Con un afilado dedo índice, acariciaba distraídamente la copa dorada que asía con su mano izquierda, demasiado fuerte, casi con ansia. Sus yemas blancas al apretarse contra el metal revelaban el nerviosismo que su pálido y enjuto rostro disimulaba a la perfección. Paseaba sus ojos oscuros por los tejados de los edificios y los entramados de calles, cuando un lacayo, visiblemente nervioso, se acercó a él.

-Señor, -le temblaba la voz- sus hombres están esperando órdenes.

Theniss contestó aún dándole la espalda, con una voz gélida que podría cortar la hierba.

-Busca, captura y ejecución. No habrá recompensa para aquel que me traiga su cabeza, pero me encargaré personalmente de cualquiera que ose desobedecerme. Asegúrate de informarles bien de las condiciones.

-Sí, señor.-obedeció el lacayo, alejándose tembloroso como una hoja.

Tras las murallas de la vieja Iglesia, en uno de los callejones que conducían al mercado, un hombre dejaba caer un sobre lacrado enfrente de la puerta de lo que años atrás había hecho las veces de refectorio.

Compuso una sonrisa lobuna al doblar la esquina, mezclándose con las sombras de los edificios. Comenzaba a oler a quemado. Para cuando la ciudad ardiera, él ya estaría dolorosamente lejos del alcance de Theniss el Grande y de cualquiera de sus hombres.

“Soy Kareth, y éste es solo el principio de mi venganza. Temblad.”

Al susurrar esto, sus ojos se vieron invadidos por un brillo sobrehumano. Casi aterrador.

Epilogue - Crysis 2 Soundtrack