El curioso caso de Benjamin Button.
+¿Sabes? Es curioso cómo, a veces, cosas materiales reflejan tu estado de ánimo, como movidas por una especie de destino fatal, o algo parecido.
-Tal vez esto sea solo casualidad, aún estás conmocionada, y últimamente algo no anda bien en tu cabeza, así que no te obsesiones. Serán cosas tuyas. Pero te entiendo. Sin duda fue aterrador cómo se derrumbó todo. Yo no habría sobrevivido, pero tú... tú fuiste fuerte.
+¿Y para qué? Sí, sobreviví, pero ahora solo cuento con los restos de lo que un día fue una vida. Mire donde mire, solo hay ruinas.
-Mira… Puedes dejar que la furia se apodere de ti, gritar, enfadarte, patalear; pero al final, tendrás que agachar la cabeza y resignarte, aceptar que por casualidad, suerte o destino, todo se ha derrumbado. Debes continuar de un modo u otro. Levantarte y comenzar. Tal vez tu mundo no vuelva a ser el mismo, pero al menos, puedes ser la reina de tus ruinas. Arreglando. Retomando. Construyendo. Soñando.